PASEANDO GUATEMALA CON PALESTINA EN EL CORAZÓN.

Oct 1, 2025 | Cronicas | 0 Comentarios

CUADERNO DE BITÁCORAS POÉTICO GUATEMALA 2025. Quinta Crónica.

Algunas aclaraciones y reflexiones previas

FE DE ERRATAS POÉTICO
Quiero pediros perdón
por un desliz cometido
escribiendo a vuelapluma
se coló un gran sinsentido
en la crónica anterior.
Ya está el texto corregido
pero os lo quiero explicar
en un breve romancillo
a modo de fe de errata
poético y divertido

Confundí en mi disparate
la matrioska y la katiuska
y me salió sin querer
una linda chifladura
pues nada tiene que ver
con esas muñecas rusas
la katiuska mencionada
de una manera confusa

La katiuska es bota de agua
desde Casarabonela
me aclaró mi amiga Ana
es lo que tiene escribir
crónicas de madrugada
que terminan por salir
unas crónicas marcianas

El nombre de las muñecas
que se adentran una en otra
me esclareció también Ana
se denomina matrioska
que aunque también sean rusas
nada que ver con la bota.

Gracias Ana por tu whatsapp
enmendándome el espanto
y ya que tengo las botas
yo me las pongo de un salto
y hago del desliz virtud
para salir de este charco.

botas
muneca rusa

El divertido error entre las botas y las muñequitas rusas, me sirve de punto de arranque sobre una reflexión que quiero hacer a cuenta de estas crónicas. Quiero volver a enlazar con la anterior crónica en la que reflexionaba sobre ese matrimonio paradójico que forman el yo viajero y el yo escritor.

Escribir durante un viaje suele ser un acto doblemente desafiante y fértil. Por un lado, se puede pensar que a priori el viaje es el contexto más complicado para meterse en un proyecto de escritura, el movimiento constante, el ruido de la calle, la incomodidad de una silla prestada, la atención fragmentada por los paisajes, los horarios imposibles, las sorpresas e imprevistos vuelve muy complicado encontrar el silencio interior necesario para hilar las palabras con calma. El viajero está entre lo externo y lo interno: el afuera reclama los sentidos y el adentro busca reposo para transformarlo en escritura.

Pero precisamente allí, en esa tensión, se enciende la chispa poética. El viaje obliga a mirar con ojos nuevos, a exponerse a lo desconocido, a dejarse sacudir por lo inesperado. Lo que en casa es rutina, en el camino se convierte en revelación: un gesto, un color, una palabra ajena pueden detonar imágenes que en estado de quietud quizás pasarían inadvertidas.

La complicación, entonces, se convierte en estímulo. El cuaderno se vuelve un refugio portátil, el poema un modo de fijar lo efímero antes de que la tormenta devenga en la calma o parta la lancha y cruce hacia otra orilla. Escribir viajando es atrapar lo inasible: un ejercicio de atención y de riesgo, donde el trajín no apaga la voz, sino que la afila. Lo cual no quita la dificultad, muchas de estás crónicas las estoy haciendo quitándole horas al descanso adentrándome en la madrugada robándole tiempo a Morfeo. Eso tiene sus consecuencias, que quiero señalar para que el lector de estas crónicas tenga un poco de piedad conmigo. Este contexto impide que los textos se puedan depurar con la necesidad que requeriría de tal manera que a veces uno puede terminar confundiendo las katiuskas y las matrioscas y estoy seguro que puede haber otros errores que se hayan colado por los que pido disculpa por adelantado. Por otro lado, es imposible que unos textos que como vengo diciendo, quieren ir más allá de la mera descripción y expresar también la emoción el pensamiento, las reflexiones profundas,… puedan ser escritos con simultaneidad a los hechos. Si a todo esto le sumamos también mis actividades tallerísticas y solidarias el resultado es que estás líneas se están escribiendo una semana después de que ocurrieran los acontecimientos. Pido a quienes la siguen que tengan paciencia con la frecuencia de las entregas, todo se irá contando, todo irá llegando en su justo momento.

Con todo, estoy muy satisfecho con el trabajo, este viaje a Guatemala finalmente ha sido como darle una patada al avispero de mis versos, y ha despertado a mi poeta que andaba demasiado adormilado por la quietud y la rutina.

Despedida poética y acuática de Atitlán.

Ahora sí, después de estas aclaraciones y reflexiones volvamos al relato.  A la mañana siguiente de mi ruta hippie en lancha, tocabadecir adiós a Atitlán y volver a Ciudad de Guatemala. Bertay Andyhabían accedido generosamente a salir a las ocho, para que yo pudiera ir a la concentración contra el genocidio en Palestina que se desarrollaba en la Plaza Concordia de la ciudad capitalina entre las 11:00 y las 14:00. Sabían que esa cita era importante para mí, gracias amigos.

Me levanté a las 6:00, arreglé mi equipaje me fui al embarcadero para despedirme del lago. Aquella mañana, estaba calmo y radiante, como si se hubiera vestido con sus mejores luces para mí. Sus aguas transmitían una paz infinita que invitaban a sumergirse en ellas. Pero no podía ser, había quedado a las 7:00 con Berta y Andy para subir mi equipaje y desayunar antes de salir. Quería hacer algún gesto para despedirme de mi majestuoso amigo acuático y al contemplar su resplandeciente azul, me recordé de un poema que hice para leerlo en un festival organizado por La Mesa por el Agua de Coín para salvar el acuífero de Matagallar, amenazado por la construcción de una macro urbanización y para celebrar el Día Mundial del Agua en Casarabonela. Lo titulé Y el agua se hizo Sapiens. Saqué de mi bolsillo mi móvil y busqué el poema en mi blog. Lo leí lentamente, de forma meditativa, mientras contemplaba aquella masa de agua mágica. Sus versos entonces tomaron otra dimensión. Os dejo aquí enlace a la entrada del blog donde está el poema.

atitlan

Volver a la Ciudad de Guatemala, de nuevo el choque entre opuestos.

Como ya comenté en mi anterior crónicala polaridad entre los escenarios del lago y la ciudad es radical. Estos días en Atitlán eran como he comentado de esparcimiento, descanso, reponer fuerzas y cargarme de energía para las dos semanas que aún quedaban por delante y de las que ya no me moveré de la ciudad capitalina.

Cuando Berta y Andy me dejaron en mi alojamiento, el choque de las dos realidades antagónicas llego a su máxima expresión, la 20 avenida era una riada de tráfico lo suficientemente densa, y eso que estábamos en domingo, que te envolvía con su ruido caótico de tubos de escapes, neumáticos, bocinas. Atrás quedaban ese casi silencio de los bellos susurros del viento sobre el lago y canto de los pájaros en el jardín del Edén de la casa de Berta en Panajachel. Bienvenido al asfalto, bienvenido a la urbe, bienvenido al corazón de la bestia, pensé mientras arrastraba mi equipaje hacia mi alojamiento.

peatones

Dejé mis maletas y me fui a la plaza Concordia para juntarme con la gente de mi tribu solidaria, esa gente que en todo el mundo, también aquí en Guatemala no podemos quedarnos callado ante el genocidio y la masacre que se está perpetrando en ese pedacito de humanidad que es Palestina, ese epicentro del dolor mundial que es la franja de Gaza.

Guatemala y Palestina, dos genocidios con diferentes máscaras.

Mi Uber me dejóen la plaza y en cuanto llegué me encontré con una escena muy conocida, gente de todo pelaje portando kufiyas y banderas palestinas. Aunque sólo había recorrido los 115 kilómetros que separan Atitlán de Ciudad de Guatemala, mi corazón y el de toda aquella gente había viajado mucho más lejos, a Palestina, al otro lado del mundo, a esa franja de Gaza donde hoy se desangra la humanidad y que está situada a unos 12.224 kilómetros en línea recta de la capital de Guatemala. 

El evento consistía en una exposición callejera con fotos del horror, ese que todos vemos a diario desde nuestras pantallas y un micro libre, donde se iban sucediendo distintos oradores. Me acerqué diciendo a alguno de los organizadores y le conté que venía de España y que me apetecía intervenir para leer mi poema y sobre todo para contar la ola popular de indignación que estaba recorriendo todo el país. Por una vez uno se siente orgulloso de como está respondiendo, esa parte consciente de las sociedades de los diferentes pueblos que formamos este el Estado Español, y quería transmitir esa indignación que recorre todo el territorio de norte a sur, con expresiones de protesta en infinidad de localidades desde pueblos pequeños a las grades ciudades, con expresiones tan potentes como las protestas en la vuelta ciclista o la movilización de la Global Sumud Flotilla.

Así que hice lo mejor que pude esa labor de pontífice, e intente que mis palabras crearan un enorme puente transatlántico entre las dos orillas.

El resto de los oradores fueron hablando también de diferentes aspectos de la barbarie y me resulto especialmente interesante diferentes voces que pusieron el acento en relacionar el genocidio en curso de Palestina con el que asoló a este país arcoíris.

Todo en aquella plaza me resultaba familiar, las consignas eran las mismas que yo había gritado unas semanas antes al otro lado del mar, en Málaga, en Ciudad Real, en Madrid. La única cosa buena que está teniendo el holocausto palestino, es precisamente esa la enorme ola de solidaridad que está inundando hasta los rincones más recónditos de esta bolita azul donde vivimos. Paradójicamente, cuando más oscura esta la madrugada histórica de la humanidad y ya no queda ni rastro ni del Sol ni de la Luna, es cuando empieza a verse por todos lados una multitud de lucecitas parpadeantes desafiando la negrura del firmamento.

Os dejo aquí algunos videos y fotos como muestra de aquella protesta.

vid 02 img 02
vid 05 img

Horas después ya por la noche en mi habitación, tuve un poco de calma para escribir unos versos estirando la reflexión en que incidieron muchas de las voces que intervinieron de relacionar los genocidios de Palestina y Guatemala. Y es que ahora la palabra genocidio, nos lleva de forma automática al horror de Gaza, desgraciadamente es una denominación que se podría aplicar a muchos episodios histórico a lo largo y ancho de este mundo. Incluso en nuestro país, donde ocho décadas después de la Guerra Incivil que nos asoló, miles de personas todavía buscan a sus familiares por tapias y cunetas. Pero aquella noche, me centré en relacionar los genocidios de Guatemala y Gaza, en forma de manifiesto poético. Este fue el resultado.

Manifiesto poético por Guatemala y Gaza

No son dos historias distintas,
son un mismo crimen repetido
con diferentes máscaras.

En Guatemala, durante treinta y seis años,
el Estado declaró enemigo a su propio pueblo:
quemó aldeas mayas,
violó mujeres,
masacró jovenes.
Le llamó “guerra”,
pero fue genocidio.
Fue el intento sistemático
de arrancar de raíz la memoria indígena
para que la tierra quedara muda,
disponible al saqueo.

Hoy, en Gaza,
otro poder repite la lógica del exterminio:
cercar, asfixiar, bombardear,
convertir hospitales en ruinas,
escuelas en tumbas,
niños en cifras.
Le llaman “defensa”,
pero es genocidio.
Es la maquinaria que niega al pueblo palestino
su derecho a existir,
su derecho a respirar,
su derecho a volver a la tierra de sus abuelos.

Decimos:
No hay justificación que lave la sangre.
No hay silencio que pueda ser neutral.
Los pueblos no son enemigos:
son víctimas de imperios,
son guardianes de memoria,
son voces que sobreviven al fuego.

Decimos:
Que no se normalice la barbarie.
Que la palabra genocidio se nombre clara,
para Guatemala,
para Palestina

y para tantos otros lugares

que habitan la geografía del horror

Que el mundo recuerde
que la dignidad no se negocia,
que la vida no es un costo colateral.

Y afirmamos:
Las raíces no se destruyen.
El maíz sigue creciendo entre cenizas,
el olivo reverdece entre ruinas.
Los pueblos mayas están vivos.
El pueblo palestino resiste.

Este manifiesto es un grito:
contra la impunidad del ayer,
contra la impunidad del hoy,
por la vida que insiste
en Guatemala y en Gaza,
y en toda tierra donde los poderosos
pretenden asesinar la memoria.


MURAL PALESTINA GT

ÚLTIMA HORA GLOBAL SUMUD FLOTILLA. Cuando estaba cerrando esta crónica en la mañana del miércoles 1 de octubre me han llegado unas noticias preocupantes de la flotilla que se haya a tan sólo 100 millas náuticas de las costas de Gaza. Como miembro activo de la solidaridad con Palestina no puedo menos que aprovechar el envío de esta crónica para transmitir el mensaje de l@s compañer@s que nos piden que estemos muy atentos a como puede evolucionar la situación en las próximas horas. 

Palestina

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Dirección

En el vasto universo de la poesía, no existen direcciones ni fronteras; cada verso es un camino infinito y sin límites.

Teléfono/Whatsapp

+34 636 37 80 73

Correo electrónico

pacodoblas@poeticamente.es

 

Siguenos en Redes Sociales

 

Contáctame

7 + 2 =

En Vivir Poéticamente son versos protegidos. Respetamos tu privacidad como una obra maestra, cuidando cada detalle con delicadeza. Cada visita es un susurro protegido, cada interacción, un poema seguro. Navega con confianza y alma tranquila.\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\"   
Privacidad