EL ARTE DE VIVIR POÉTICAMENTE
La semana entre los días 16 y 21 de septiembre, ha tocado el plato fuerte de este viaje, la razón que me ha traído de nuevo a esta cintura de América y a este país arcoíris que es Guatemala, impartir nuestro módulo de nuevo en la Universidad de Valle de Guatemala (UVG).
Esta ha sido ya la cuarta promoción, por lo que primero es agradecer a la UVG, y concretamente a la Doctora Ana Vides y todo el equipo de la Facultad de Psicología la confianza depositada en mi y mi compañera de equipo Lola Ortiz para una tarea tan apasionante e innovadora. Cada promoción ha sido una vivencia única, pero esta en concreto ha sido muy especial por diversas razones. La primera es porque las dos anteriores tuvieron que hacerse en formato online por razón de la pandemia, y por fin en este 2024 se ha podido volver a hacer presencial, al menos por mi parte, aunque es verdad que mi compañera Lola no ha podido acompañarme como en la primera promoción del año 2019, por razones ajenas a su voluntad. Ciertamente la he echado mucho de menos, aunque ha estado en todo el proceso a través de videoconferencia, lo que ha sido para mi un soporte muy importante. También quiero agradecer a las dos exalumnas de la primera promoción, Berta y Cristina que me han acompañado y apoyado durante los seis talleres, 31 horas lectivas ni mas ni menos. Gracias a este equipo humano que hemos formado los cuatro hemos podido solventar todas las dificultades de un desafío como este.
Es imposible traer a una crónica como esta, toda la riqueza que supone una experiencia formativa y vivencial como la de este curso, pero lo vamos a intentar haciendo un repaso a las seis jornadas. Pero quiero hacer algo alejado de un informe académico, como es santo y seña de la casa quiero con un lenguaje poético y emocional y además de en mis palabras, me apoyaré también en algunas imágenes y fotografías. Quiero que sea un homenaje a las 23 mujeres guatemalteca, que han tenido el coraje de sumergirse en esta vivencia que estoy seguro de que le ha aportado herramientas para su vida y su profesión.
Lunes 16 de septiembre
Llegó la tribu, una hermosa tribu de mujeres guatemaltecas, psicólogas, psicopedagogas, maestras,… diversas y únicas. Y se sentaron en círculo alrededor de la hoguera de la poesía, para trabajar con su biografía y sus emociones. Llegamos también los facilitadores, yo apoyado por Berta y Cristina y Lola desde el otro lado del mar que se asomaba a esa ventana de luz que era el proyector. Ana Alicia hizo los saludos y presentaciones pertinentes y empezó a rodar la bola de esta cuarta promoción.
Aquel primer día empezamos con una reflexión del maestro del cuento argentino, que se asomó también a la ventana de luz, Adolfo Bioy Casares, que nos dijo que “Escribir es agregar un cuarto a la casa de la vida”. Y aquellas mujeres se dispusieron para hacer reformas en su casa interior. Para ello respiramos de forma consciente y meditamos para abrir las puertas de nuestras almas y entrar en el tiempo lento de la creatividad y la poesía.
Y empezaron las primeras exploraciones ¿Qué es poesía? ¿Qué es vivir poéticamente? Y practicamos la dramatización y la visualización, la pintura y la expresión corporal como disparaderos creativos para invocar a la lluvia/poesía. Y exploramos también la polaridad yo prosaico y yo poético y conocimos a nuestro Sancho y a nuestro Quijote interior para cabalgar con ellos en busca de las palabras. Y se hizo la magia, y aparecieron titubeantes y esquivas las primeras palabras escritas. Funcionó el hechizo, habíamos logrado un primer paso fundamental, vencer el miedo a la página en blanco y empezar a manchar los primeros papeles con la sangre de nuestras emociones y vivencias.
Martes 17 de septiembre
Segundo día, segundo circulo alrededor del fuego de la poesía. Proponemos a la tribu indagar nuestro pasado más lejano, y viajamos hacia nuestro primer latido, cuando empezamos a palpitar dentro del útero de nuestra madre. Después incluso fuimos más atrás, buscando nuestras dos estirpes, la materna y la paterna, nombrando los apellidos de aquellas dos almas y aquellos dos cuerpos que se unieron en el amor para crear a ese ser único que somos cada una de nosotras. Y seguimos escuchando la voz de los escritores que nos contaban como la escritura era para ellos una fuente de autoconocimiento y crecimiento personal. Y fuimos al encuentro de nuestra niña interior y contactamos con su dolor, a través de la carta a nuestro peluche con esa mano no dominante, temblorosa y frágil. Pero la niña interior no es sólo herida es también la niña esencia, nuestra energía vital más genuina, nuestro yo más auténtico. Y volvimos a aquella niña feliz, para bailar y reír con ella. Y seguimos escribiendo, y sanando la polaridad niña/adulta poniéndolas a dialogar con las dos manos.
Miércoles 18 de septiembre
El tercer día, las participantes trajeron el hilo de su vida, para tirando de él seguir transitando el pasado en nuestro laboratorio interior. Nos iluminó la cita del gran escritor uruguayo Eduardo Galeanos que nos explicó que el verbo recordar proviene del latín re-cordis que etimológicamente significa volver a pasar por el corazón. Y completamos la reflexión con las sabias palabras del premio nobel de literatura Gabriel García Márquez “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.”
Luego Lola desde allende los mares nos contó la teoría de los septenios, como cada siete años aproximadamente se da en nuestra vida un golpe de timón, lo que llamamos los hitos biográfico que van jalonando nuestra existencia y dividiendo la novela de nuestra vida en capítulos.
Con todo ello la tribu ya estaba preparada para reencontrarse con el hilo de su vida y acariciarlo, y bailar con él y enredarse en él y liarse también con los hilos de las otras compañeras, para después desliarse y volver cada hilo a su ovillo. Ese ejercicio de liar y desliar nos dio la fuerza y la confianza para abordar el siguiente paso.
Se trataba de sacar a la luz el tendedero de nuestra vida, transformar el aula en una bella instalación artística, atravesándola con nuestros hilos y fuimos colgando de ellos los hitos y capítulos. A cada capítulo se le puso un título y se realizó un collage con fotos de nuestra vida y recortes, pinturas y los elementos que cada participante eligió.
El resultado de la suma de todos los tendederos de donde colgaban imágenes y palabras de las diferentes vidas, fue como se puede apreciar en las fotografías una bella metamorfosis del espacio, que se llenó de aquella telaraña multicolor.
Jueves 19 de septiembre
Después de tanto bucear por el pasado, ahora tocaba rastrear nuestro presente. Empezamos con una reflexión que me enseñó un árbol, El presente contiene al pasado, soy la suma de todos mis yo anteriores. Efectivamente, si miramos un corte en un tronco, veremos sus anillos concéntricos, el árbol presente contiene en su interior todos los árboles pasados. Lo mismo ocurre con las personas.
Siguiendo la metodología de Ira Progoff, el psicólogo jungdiano creador del método de escritura expresiva conocido como El diario intensivo reconocimos el capítulo de nuestro presente, como el periodo de tiempo que hay entre el último de nuestros hitos vitales y la actualidad. Con esté criterio nos pusimos manos a la obra para desentrañarlo, trabajando sus cinco aspectos fundamentales personas, cuerpo, obras, colectivos y acontecimientos.
También reflexionamos sobre los dos grandes reinos literarios el reino de lo narrativo y el reino de lo lírico, o como a mi me gusta explicarlo con los verbos contar y cantar . Si lo pensamos contar y cantar es los que viene haciendo el ser humano desde su aparición como especie. En cualquier cultura, los humanos en contacto con su entorno natural de una u otra manera nos hemos reunidos alrededor de la hoguera para contarnos lo que ha deparado el día, la caza, accidentes, planes para las próximas jornadas,… y para cantar, las bellezas y milagros del mundo exterior e interior (emociones y pensamientos).
Es verdad que en las sociedades modernas urbanas se ha perdido esta maravillosa costumbre, y quizás si la recuperáramos y cultiváramos nuestra inteligencia narrativa y nuestra inteligencia poética, otro gallo nos cantara. Pero en cuanto podemos, y nos encontramos en el ambiente adecuado, con amigos y amigas, si nos damos cuenta, sale la esencia y nos contamos de nuestra vida y cantamos nuestras vivencias y emociones.
Por ello propusimos a la tribu, compartir nuestro contar y nuestro cantar con la dinámica del disco de nuestro presente, donde cada quien compuso las canciones que necesitamos hoy y las compartió con las demás. Aquello terminó en un concierto colectivo donde afloraron nuestras voces más singulares, más subjetivas,… Algunas íntimas, otras más festivas, pero todas únicas y bellas. Reímos, lloramos, cantamos a coro, bailamos, nos estremecimos,… Toda una fiesta para celebrar el milagro de la vida y el presente.
Viernes 20 de septiembre
Este quinto taller, el segundo dedicado al presente, giraba entorno al autorretrato poético, aunque hicimos un rodeo y empezamos por el autorretrato plástico, como el mejor disparadero para que después salgan las palabras necesarias para nuestro poema. La primera inspiración para ello vino de la mano de la célebre pintora mexicana Frida Khalo, una de las artistas que más se ha prodigado en este género, ya que realizó mas de 50 durante toda su vida. Frida lo explicaba así; Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco.
Y para conocerse mejor, hicimos la dinámica de autocontemplación ante el espejo y vimos otros ejemplos de autorretratos plásticos realizado por escritores conocidos. Con todo ello esta tribu de mujeres se metió de lleno en la tarea, fue toda una belleza contemplar como cada quien, muchas de ellas que no habían abordado nunca nada parecido, se metían en la consigna para intentar plasmar, no sólo su físico, sino su personalidad y su alma usando la pintura, el dibujo o el collage.
El siguiente paso fue realizar el autorretrato poético, para ello estuvimos escuchando grandes voces poéticas de ambos lados del Atlántico, que se habían “dibujado” con palabras; los hermanos Machado, María Elena Walsh, Manuel Alcántara, Gloria Fuerte y el rapero Rene Residente (Calle 13)
Después las participantes, con el autorretrato suyo delante se pusieron manos a la obra a escribirse. Terminamos montando un museo con las obras plástica, a la vez que un recital colectivo con los poemas, donde tuvimos la suerte de contemplar un muestrario de la diversidad de la belleza humana.
Sábado 21 de septiembre
El último taller fue por la mañana, y duró seis horas en lugar de las cinco habituales. Quedaba la traca final, hablar del futuro y de los sueños y de la integración de los tres elementos de toda nuestra biografía; pasado, presente y futuro. Casi nada.
Entramos en materia con Victor Frankl y la logoterapia, el fue un neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco que sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. Su familia murió exterminada. A partir de esa experiencia, escribió el libro best seller El hombre en busca de sentido y desarrolló su propia Escuela de Logoterapia y el Análisis Existencial. Su propuesta “sanar a través del sentido” lo cual nos llevaba a la siguiente pregunta ¿Qué sentido tiene nuestra existencia? Pero la vida nos descubre Victor Frankl no tiene un sentido per se, cada persona tiene que encontrar el suyo propio.
Buscando ese sentido nos proyectamos a través de la visualización a dentro de 7 años y descubrimos la importancia de los sueños. El siguiente paso fue escribir nuestro onirograma, nuestra lista de sueños.
Otro tema fundamental que abordamos fue el ritmo. Entramos en los ritmos, los ciclos repeticiones y regularidades que están en la vida y también desde el punto de vista literario como uno de los elementos fundamentales de las poesía. Aprendimos de las grandes voces poéticas que la repetición consciente es un recurso en poesía. Por ejemplo Miguel Ángel Asturias, el nobel de literatura guatemalteco nos mostró que es lo mismo decir Tecum Uman el de las plumas verdes, que decir Tecum Uman, el de las plumas verdes, verdes, verdes.
De los surrealistas franceses aprendimos las técnicas de escritura automática y la cruzamos con los cinco ritmos de Gabrielle Roth y el aula se transformo en una pista de baile donde movimos y escribimos al ritmo de Fluido- Estacato- Caos- Lirico- Quietud
De los textos caóticos de cada uno de los ritmos, aprendimos a sintetizarlo en un verso y combinado esos versos usando la técnica del pantoun, logramos hacer un poema que conseguía el ritmo con el recurso consciente de la repetición. Y como veníamos haciendo en todo el curso fuimos de la literatura a la vida y nos preguntamos ¿Lleva un buen ritmo mi vida?, ¿cuales son las repeticiones y regularidades que lo marcan?
Continuamos con los mantras y mandalas, nos creamos cada quien nuestro propio mantra personal y luego a través de la técnica de la video inmersión nos sumergimos en una cascada de música y color, todo una experiencia sensitiva para las participante y un espectáculo de gran belleza plástica para quienes lo disfrutamos como privilegiados espectadores.
Y todavía para acabar la integración quedaba volver al hilo de nuestra vida y construir con ellos la estrella del grupo, el mandala comunitario de nuestra tribu. Nos pusimos por última vez en circulo y sacamos de nuevo los ovillos con los hilos de nuestras vidas. Propusimos revisar todo el proceso, respondiendo cada quien a las preguntas ¿Cuáles han sido los momentos del taller más fuertes y por qué? ¿Qué es lo más importante que me llevo para mi vida? y cada vez que alguien respondía estas preguntas, lanzaba su ovillo a alguna compañera, cruzando los hilos. Y así, como por arte de magia se fue construyendo el mandala tribal, una gigantesca estrella de todos los colores de nuestros hilos vitales. La hermosa imagen de una veintena de mujeres guatemaltecas, sosteniendo en sus manos aquel hermoso telar, me recordó el sublime arte textil tan singular de las mujeres mayas.
Finalmente, se decoró la instalación con los sueños de todas las participantes y como desenlace del ritual se colocó en una de las plazas del campus universitario, al grito a coro de ¡A por los sueños!
Q bello. Felicitaciones!