En esta mañana, donde sigue la rabia y el dolor, por el desastre, muy poco natural de la DANA y su gestión en Valencia, ha llegado a mi teléfono móvil un poema en prosa de mi amigo y compañero en la palabra y en mil y una causas, JORGE RIECHMANN poeta, ensayista, filósofo, científico y ecologista. Pareciera que lo hubiera escrito para la ocasión de esta tragedia, pero no, el poema está editado en » El empeño del manantial. una antología poética”, de Ed. Lastura, del año 2022. Y es que Jorge, como tantas otras voces autorizadas, lleva años avisándonos de estos desastres humanos y evitables que se reparten por toda la humanidad y el planeta. Lleva décadas desgañitándose ante lo que todavía queda por llegar si no ponemos remedio, con la emoción de sus poemas, con la razón de sus ensayos científicos y filosóficos , con la ética militante de su compromiso.
DESPUÉS DEL VENDAVAL
» Un vendaval hediondo arrasó los lugares que sabíamos habitar. Se ha dislocado la relación del campesino con la semilla, la del perro pastor con las ovejas, la del algodón con la hilandería, la de la ecuación con la trayectoria, la del minero con el minero, la del tatarabuelo con la tataranieta, la del obrero con la plaza del mercado. Un huracán hediondo nos sigue descarnando los huesos y deshuesando el ánima.
¿ Cómo pueden las palabras ayudar a volver a ocupar el lugar devastado? Mentiría si dijese que poseo secretas fórmulas magistrales. Pero sé que hay fuerzas espaciosas que pueden transportarnos muy lejos, a poco que permanezcan intactas algunas fibras del músculo de la generosidad. ¡ Si una palabra es verdadera, también es incalculable! El gran capital tiene las muelas cariadas, hasta un extremo que no pueden imaginar quienes están sufriendo sus dentelladas horribles.
¿Se puede reabsorber tanto dolor, tanta miseria, tal desconyuntamiento? No hay que intentarlo. Es nuestro punto de partida: no debe quedar tapado. Jamás se empieza desde cero, por más ilusiones que nos propongan los farmaceúticos de la Inmaculada Concepción. Lo que ahora nos solicita podríamos situarlo así:¿ cómo establecer sinapsis entre la mano y la aleta, entre la mano y la estrella, entre la mano y la otra mano?
Cuantiosa concupiscencia revolucionaria…No escribimos para saber quién tiene el corazón más melifluo; luchamos para sacar la hogaza de pan de la carretera competitiva entre las mercancías. No nos tientan los brindis funerales. Quedarán unas pocas páginas de nuestro asombro. Unas pocas de nuestro esfuerzo por comprender. Y unas pocas de nuestro amor. Eso es mucho, es todo lo que hace falta, todo».
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