Crónica, cantares y aullidos
Queridos amigos y amigas. Este año, después de una pausa más larga de lo previsto por motivos pándemicos y otras circunstancias, toca volver de nuevo al sur, a ese sur tan especial en mi biografía personal que es Centroamérica. Toca volver a la UVG (Universidad de Valle de Guatemala) para impartir un nuevo módulo de escritura dentro del Posgrado de Intervenciones con Artes Expresivas. Pero también toca llevar la poesía y el Arte de VIVIR POÉTICAMENTE a otros lugares de Guatemala como de nuevo a AYUVI a los menores paciente ontológicos del hospital UNOP , a los amigos de UVG del campus de Sololá, y también al nuevo proyecto INART , levantado por la ilusión y el buenhacer de algunas alumnas de los anteriores posgrados, … También aprovechando este viento sur, además de Guatemala, visitaré también a ese paisito al que llaman cariñosamente el pulgarcito de América , El Salvador y a esa urbe inmensa e inabarcable que es Ciudad de México.
Hoy, desde la emoción del viajero a punto de partir, mientras preparo el equipaje y los sueños he querido escribir a vuelapluma está nueva crónica que comparto .
El corazón mirando al sur.
Si quieres encontrar la isla de Utopía
Tira todas las brújulas al mar y pierde el norte.
Si quieres llegar al país donde nacen los cuentos
Déjate llevar por el oleaje de los sueños
Y por tu corazón mirando al sur.
Cuando escribí este poema hace más de tres décadas, ya tenía claro que para mi el sur era mucho más que un punto cardinal, más que una punta de la rosa de los vientos. El sur no era sólo una referencia geográfica, sino también una referencia emocional, cultural, ética, política y poética. Paradójicamente yo nací en el sur de este norte europeo, nací en el litoral malagueño, en la orilla norte del mar mediterráneo pero con el corazón mirando al sur hacia esa bahía que baña nuestras playas. Soy por tanto andaluz, pertenezco a una de las culturas más viejas y singulares de Europa occidental. Los montes malagueños se asoman a un Mediterráneo que por aquí se estrecha tanto que casi se besa con la costa africana. Como podemos observar esto del sur o del norte es bastante relativo, Andalucía podemos decir que globalmente está en el hemisferio norte, formando parte de lo que conocemos como primer mundo, pero igualmente es verdad que somos el sur de esta Europa occidental y que estamos tan cerquita de la orilla del hambre, que en las mañanas claras se puede ver perfectamente recortarse el contorno de las montañas africanas en el horizonte marino.
Esa es nuestra singular situación geográfica que nos marca mucho, pero más que un lugar físico el sur es un lugar ético, un sueño, hacia el que miramos o al que damos la espalda. A nivel global podemos seguir hablando de un gran sur donde la gente es pobre, pero sonríe y por lo general sigue teniendo sueños y utopías, y de un norte un cada vez más pequeño y acorazado entristecido y mustio en su fortaleza de consumo y opulencia. Pero el tema es aún más complejo, en nuestros países del rico norte, cada vez se está llenado más de pobres del sur, de gentes de colores que vienen huyendo de todo tipo de atrocidades y persiguiendo todo tipo de sueños. Igualmente los países del sur normalmente tienen incrustado una suerte de pequeño norte elitista, formado por una minoría que vive con un tren de vida parecido y a veces incluso superior al de los países llamados desarrollados y que sospechosamente, casi siempre comparte con ellos su piel clarita. Por eso digo que más que donde nos encontremos geográficamente tiene más importancia hacía donde miramos ética y emocionalmente. Andalucía como pueblo, yo como persona y como poeta, ¿tengo mi corazón mirando al sur o mirando al norte? Esa es la pregunta esencial que nos tenemos que hacer cada pueblo y cada persona.
América Latina y la patria común de la lengua
Hacia occidente y al fondo al sur, detrás del inmenso azul oceánico, atrincherada tras el horizonte están las tierras hermanas de América Latina. Siempre me he sentido muy unido a ese continente de pueblos diversos unidos por esta hermosa lengua en común, en la que nos comunicamos, poetizamos y soñamos. El escritor y crítico literario Manuel Francisco Reina en un artículo titulado precisamente La patria de la Lengua nos lo explica muy bien cuando dice: El caudal del idioma no debe ser tratado como un “bien inmaterial”, pretexto ornamental de Exposiciones Universales, encuentros macroeconómicos, políticos o internacionales, sino como una realidad tangible…Bien mirado, la lengua constituye una “Patria”, no sujeta a los cambios y vaivenes de fronteras ajustadas a acuerdos y devenires históricos, sino a una realidad de pensamiento, una forma de entender, comunicar e interpretar el mundo.
Así lo siento yo también, no es poca coincidencia la de poder contar y cantar en el mismo idioma. Yo como poeta y como amante de la poesía he intentado conmover y me he dejado de estremecer por poetas de la lengua de Cervantes de las más diversas geografías, sin que nos separen ni fronteras nacionales, ni océanos por muy inmensos que sean.
Un nuevo viaje poético hacia el sur.
Todo lo que veía me invitaba al viaje; tan poseído estaba por los dioses que no podía dominar mis pensamientos; los espíritus del camino me hacían señas y no podía fijar mi mente ni ocuparme en nada.
El poeta zen Matsuo Bashoo.nos explica magistralmente en este fragmento de La senda de Oku. como se siente el viajero antes de partir a un viaje preparado con conciencia. Yo tengo asociado en mi alma de forma indisoluble los conceptos de sur y de viaje y ahora ando en los previos de un viaje que llevo meses preparando y años esperando. Un nuevo viaje poético con el océano de palabras del idioma como protagonista, un viaje hacía el sur, por esa amplia región latinoamericana y más concretamente esa cintura de américa, que conozco desde que a finales de los 80 la solidaridad con sus sufridos pueblos inmersos en guerras y dictaduras me hicieron viajar por primera vez a aquellas tierras mesoamericanas. El nombre propio en aquella hora histórica era Nicaragua a la que no se le permitió soñar y hoy tristemente de nuevo a caído en una pesadilla distópica.
Mucho llovió hasta que otra vez los vientos de la vida me arrastraran de nuevo al istmo americano. Tenemos que dar un gran salto en mi biografía, concretamente al año 2019, esta vez el nombre propio era otro Guatemala. De este país que se presentaba como un acuarela inmensa de infinitos colores nos llamaron desde la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) para hacer un módulo de la Escritura como Autoexpresión. El arte de VIVIR POÉTICAMENTE . Gracias a aquella llamada de la profesora Ana Vides y a la confianza que depositaron la doctora Ana Alicia Cobar y todo el equipo se mantiene una relación que llega hasta el día de hoy.
Y ahora cinco años después de aquella primera experiencia guatemalteca, de haber hecho otros dos módulos de manera online por causa de pandemia en los años 2020 y 2022 ya por fin puedo volver otra vez a Guatemala.
Y esos espíritus del camino de los que habla Bashoo me saludan desde el otro lado del mar mientras hago las maletas. De nuevo vuelvo a esa América al sur de río grande, esa que habla en español, para llenar mi alma con nuevos paisajes, poesías y sueños. Toca de nuevo Centroamérica, Ya habrá ocasión de hablar en este espacio de nuevos destinos como El Salvador y Ciudad de México, pero ahora quiero hablaros del destino al que estaré volando de nuevo el próximo jueves 15 de agosto esa inmensidad selvática policromática y volcánica llamada Guatemala. Y quiero traer hoy aquí ese poema que le hice en 2019 cuando tuve la suerte de junto a mi compañera Lola Ortiz de pasear por sus cuatro puntos cardinales.
Así que a pocos días ya de volver a sentir tu luz, de volver a respirar tu sur y sentir de nuevo tu suelo bajo mis pies, quiero volver a compartir, Guatemala, estos mis versos de amor que te hice desde la lejanía de este pequeño sur mío.
AÑORANZA DE GUATEMALA.
Ahora que de nuevo estás tan lejos
desde mi vieja playa en esta otra orilla del mar
oteo el horizonte radiante
imaginando entre las nubes tu silueta.
He paseado por la espesura de tus bosques de niebla
buscando en su maleza tus quetzales
me he perdido por tus verdes claroscuros
buscando como loco tu poesía
he navegado por los perfiles de tu costa
por las venas transparentes de tus ríos
por los espejos de Luna de tus lagos
buscando esa agua capaz de calmar mi sed.
Como hacen los enamorados te he recorrido
con torpeza y cierta prisa
de norte a sur, de este a oeste
acariciando con mis pies tu geografía
he vivido en tus ciudades, tus aldeas, tus selvas
he sentido todos tus paisajes y paisanajes
he convivido con tus habitantes cobrizos
los he escuchado hablar en sus veintidós lenguas
contando sus cuentos, cantando sus versos
y he visto mis ojos en sus ojos amerindios
he escalado las cumbres de tus cordilleras
queriendo otear desde ella la utopía
me he asomado a los cráteres de tus volcanes
y allí he escuchado el palpitar de tus entrañas
contándome historias de hambres y terrores
pero también de esperanzas indómitas.
Sé que aún me queda mucho por conocerte
que todavía guardas tesoros y misterios
como esas ciudades mayas enterradas por tus junglas
pero ya te he explorado lo suficiente
como para amarte y desearte
te he vivido con mi cuerpo y mi alma a la intemperie
dejando que tu Sol dore mi piel
que tu lluvia me moje y me acaricie tu viento
te he vivido de un sorbo, intensamente
como sólo se puede vivir el paraíso
y ahora que en mi litoral golpea tu espuma
y empapas mis arenas con olas de recuerdos
te añoro locamente, ausente Guatemala
como sólo se puede añorar a una amante.
Noviembre de 2019
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